10 fenómenos meteorológicos extremos 1ª Parte
- David Gómez
- 2 abr 2022
- 7 Min. de lectura
La naturaleza es algo realmente asombroso, y puede dejarnos imágenes de fenómenos realmente bellos o aterradores, según lo mires, voy a mostrarte algunos de ellos, vamos allá!!!
Granizo gigante o lluvia de bloques de hielo

Las tormentas de granizo son eventos meteorológicos frecuentes e indeseados, pero en ciertas oportunidades se ha registrado la caída de enormes trozos de hielo desde el cielo, mucho más grandes y pesados que el granizo común. El bloque de hielo más grande registrado hasta el momento midió 17.8 centímetros de diámetro, casi el doble del tamaño de una pelota de tenis. Lo que resulta mucho más extraño todavía, es que muchos de estos gigantescos bloques de hielo suelen caer aparentemente de la nada, sin nubes tormentosas a la vista. Aunque algunos especulan con que puede tratarse de desprendimientos de hielo provenientes de aviones volando a gran altura, todavía no se ha formulado ninguna explicación concreta y demostrable sobre este misterioso fenómeno.
Duendes, elfos y chorros azules, las descargas eléctricas inexplicables.

Ciertos fenómenos luminosos que se producen en la atmósfera superior han recibido los poéticos nombres de duendes (sprites), elfos (elves) o chorros azules (blue jets). Estos extraños resplandores fueron observados en reiteradas oportunidades por los pilotos de aviones estratosféricos y se catalogaron inicialmente como OVNIs. Más tarde, la ciencia finalmente los identificó y les otorgó la aburrida denominación grupal de Eventos Luminosos Transitorios (en inglés, Transient Luminous Events o TLEs). Los “duendes” (sprites) son descargas eléctricas que emiten una luz rojiza y se producen a una altitud aproximada de 80 kilómetros. Sus “primos”, los “chorros azules” (blue jets) son conos de luz azulada que se forman a menor altura que los duendes, a veces al mismo tiempo que los primeros. Estos fenómenos duran normalmente unas fracciones de segundo y están siendo estudiados por los científicos para descubrir los motivos exactos de su formación, aunque se cree que su proveniencia viene de la formación de algunas descargas eléctricas durante las tormentas con condiciones muy específicas.
Auroras boreales

2012 y 2013 fueron años de gran actividad de auroras boreales en 50 años. Las auroras boreales son las bailarinas del mundo meteorológico: elegantes luminiscencias verdes, amarillas y rojas que describen piruetas en el cielo con una deslumbrante danza en un escenario celestial. Pueden verse en latitudes altas por todo el hemisferio norte. Aunque existen lugares más propicios para verlos, uno de ellos es Abisko, en la Laponia sueca, donde siempre despejado, por lo que es uno de los mejores lugares para contemplar este espectáculo casi cada noche. Abisko está 100 km al oeste de Kiruna, donde hay un aeropuerto. La mejor época para ver auroras boreales es de diciembre a marzo.
En Noruega se pueden contemplar en cualquier lugar al norte del Círculo Polar Ártico, como Tromso o las Lofoten. Islandia, Groenlandia o en el norte de Finlandia son otras zonas donde es fácil observar auroras boreales.
Una aurora se produce cuando una eyección de partículas solares cargadas choca con la magnetósfera de la Tierra. Esta «esfera» que nos rodea obedece al campo magnético generado por el núcleo de la Tierra, formada por líneas invisibles que parten de los dos polos, como un imán. Además existen fenómenos muy energéticos, como las fulguraciones o las eyecciones de masa coronal que incrementan la intensidad del viento solar. Cuando dicha masa solar choca con nuestra esfera protectora, estas radiaciones solares, también conocidas con el nombre de viento solar, se desplazan a lo largo de dicha esfera. En el hemisferio que se encuentra en la etapa nocturna de la Tierra en los polos, donde están las otras líneas de campo magnético, se va almacenando dicha energía hasta que no se puede almacenar más, y esta energía almacenada se dispara en forma de radiaciones electromagnéticas sobre la ionosfera terrestre, creadora, principalmente, de dichos efectos visuales.
Remolinos de fuego

Estrechamente emparentados con los tornados y los remolinos de polvo, los peligrosos remolinos de fuego se forman -bajo las condiciones apropiadas- durante los incendios forestales u otros incendios masivos. Un trágico ejemplo se produjo durante el terremoto de 1923 en Japón, en el que un imparable remolino de fuego causó la muerte de más de treinta mil personas. Los remolinos de fuego se forman de la misma manera que un tornado, por un diferencial de temperatura que produce un vórtice o chorro ascendente, aunque en este caso el vórtice no está compuesto de aire sino de fuego que asciende a gran velocidad a medida que se alimenta del incendio que lo rodea, multiplicando su poder destructivo.
Trombas marinas, los verdaderos monstruos marinos

Es muy probable que los monstruos y las serpientes marinas que tanto han aterrorizados a navegantes, hayan sido en realidad las movedizas columnas de agua pertenecientes a las trombas marinas. Los vórtices de las trombas marinas suelen ser largos y delgados, semejantes al cuello de un dragón, y con movimientos causados por los fuertes vientos, que recuerdan a los de una serpiente. Muchos tienen fresco en su memoria el recuerdo de las trombas marinas que se avistaron sobre el Río de la Plata, por lo que no les resultará muy difícil imaginarse los efectos de observar múltiples trombas en alta mar y en medio de fuertes tormentas. El temor y la imaginación de los marinos contribuyeron a darle propiedades sobrenaturales y fantásticas a estos curiosos fenómenos meteorológicos.
Las trombas marinas se dividen en dos tipos: tornádicas y no tornádicas. Como indica claramente su nombre, las primeras son tornados, ya sea formados sobre el agua o formados en tierra y que pasaron luego al medio acuoso. Las segundas, si bien similares en apariencia, no son tornados.
Las trombas tornádicas son justamente tornados sobre el agua, cuya formación depende de la existencia del denominado mesociclón, un sistema de baja presión en la escala de 2 a 10 km, que se forma dentro de una tormenta eléctrica muy severa, organizada y persistente denominada supercelda. Este tipo de trombas son más raras, por cuanto los tornados en general se forman en los continentes, donde la fuente de calor superficial y los contrastes de masas de aire son mayores. Los daños que produce un tornado son muy severos, por cuanto implican vientos de hasta 512 km/h (F6 en la escala Fujita).
Las trombas no tornádicas (llamadas fair-weather waterspouts en inglés) no están asociadas a la tormenta del tipo supercelda y son mucho más comunes que las tornádicas. En general se forman bajo la base de grandes cúmulus o de cumulonimbus y su severidad rara vez excede el tipo F0 en la escala de Fujita (menos de 116 km/h), aunque representan de cualquier manera un riesgo serio para la navegación. La rotación se origina desde las capas inferiores del suelo y no depende de la preexistencia de un mesociclón.
Lluvia de sangre o de barro

La imagen de una lluvia de sangre cayendo desde los cielos parece algo digno de una película de terror, pero la lluvia roja es un fenómeno meteorológico que ha sido verificado desde los antiguos tiempos del Imperio Romano. Pese al horror manifestado por quienes han sufrido la precipitación de gotas de color rojo, estas lluvias no están compuestas realmente de sangre. La tonalidad rojiza que ocasionalmente toman las gotas de lluvia se debe al polvo o arena que es levantado por vientos de gran intensidad, que se elevan hasta mezclarse con las nubes de lluvia, para luego teñir las precipitaciones de rojo. El fenómeno de la lluvia roja es bastante frecuente en Europa, debido al polvo presente en las nubes que provienen de las tormentas de arena del Sahara, que al mezclarse con las gotas de lluvia y precipitar dan la sensación de estar lloviendo anaranjado o rojizo.
Lluvia de ranas y peces

A lo largo y a lo ancho de todo el mundo, la gente informa periódicamente sobre una extraña clase de precipitación. Pequeños animales, especialmente peces, ranas y culebras, caen inesperadamente del cielo, y muchas veces a una gran distancia del agua. Estas misteriosas lluvias fueron descriptas en 1919 por el escritor estadounidense Charles Fort en “El libro de los condenados”, en lo que se conoce como la primera obra dedicada a documentar fenómenos sobrenaturales.
La explicación a este enigma se encuentra en las trombas marinas, que al absorber grandes cantidades de agua de ríos, lagos y mares, arrastran también a un considerable número de pequeños animales que luego son arrojados a varios kilómetros de distancia de su lugar de origen.
Relámpago de Catatumbo (VENEZUELA)

El Parque Nacional Catatumbo está en una situación muy poco habitual, entre las elevadas cumbres de los Andes (a más de 5.000 metros) y las aguas del lago Maracaibo (a nivel del mar). Una de las consecuencias más espectaculares de esta inusual posición son unas condiciones climáticas extrañas que provocan una de las lluvias de relámpagos más largas y constantes del mundo. Y aunque su fuerza ha disminuido, todavía es posible ver tormentas eléctricas hasta 160 noches al año con hasta 40 relámpagos por minuto, que pueden durar hasta 9 horas y se pueden ver desde 400 kilómetros de distancia. Por ello se conoce este fenómeno como el Faro de Maracaibo, ya que los barcos podían navegar a vela durante la noche gracias a esta potente iluminación. Además, como los truenos no se pueden escuchar, el espectáculo resulta escalofriantemente silencioso. Si queremos contemplar este fenómeno hay que ir durante la estación de lluvias (de mayo a diciembre).
El lugar mas frio del mundo (ANTÁRTIDA)

Todos imaginamos la Antártida como el lugar más frío del planeta. Y es cierto: en este continente se ha registrado la temperatura más baja del mundo (concretamente en la estación rusa de Vostok, -89,2º C, el 21 de julio de 1983). Lo que no solemos imaginar es que además es el continente más elevado de la tierra (con una altitud de 2000 metros) y alberga el 80% del agua dulce. También resulta sorprendente el hecho de que el continente blanco sea un desierto debido a la falta de lluvia. Son los científicos los que sufren las condiciones más extremas, ya que visitan los confines más fríos y oscuros en las épocas más frías y oscuras, mientras que los viajeros hacen cruceros a la península antártica en verano, cuando hay una suave temperatura de 0º C.
Niebla sobre la carretera Panamericana en el desierto de Atacama (Chile)

El desierto de Atacama es un lugar increíblemente seco. Recibe una lluvia media anual de menos de 1 mm y en algunas zonas apenas ha llovido en 400 años. Aquí hay llanuras desérticas, el suelo se parece al de Marte y los cadáveres quedan momificados por el aire seco. Y aún así hay vida gracias, sobre todo, a las camanchacas: enormes bancos de niebla marina costera que se desplazan tierra adentro desde el Pacífico y proporcionan un poco de agua a organismos ingeniosamente adaptados como guanacos, zorros y cactus espinosos. Si uno se sienta y contempla cómo llega la niebla quizá vea a algún animal tomando un gratificante sorbo de agua. En algunos lugares de la costa chilena se usan dispositivos, llamados atrapanieblas, para captar agua de la camanchaca obteniendo excelentes resultados.
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